Fue una profesora de música y poeta mexicana del siglo XIX. Escribió la mayor parte de sus poemas bajo el seudónimo de Anémona, mismos que publicó entre 1887 y 1889 en múltiples números de la revista Violetas del Anáhuac. Los poemas de Cuéllar se caracterizan por poseer un tono picante y, si se quiere, sedicioso. Dejan de lado los temas románticos y maternales para hacer una crítica humorística de la sociedad decimonónica y, aunque algunos de ellos rayan en lo caricaturesco, detrás de esa patina de irreverencia se enraízan temas tan trascendentales como la educación femenina o el aparente retroceso en las formas de gobierno. Además de su participación en las Violetas del Anáhuac, Francisca Carlota Cuéllar fue incluida en algunas antologías poéticas de su tiempo, tales como El parnaso mexicano de Vicente Riva Palacio y la monumental Poetisas mexicanas de José María Vigil.
