Sinopsis:

En este libro se proponen los procedimientos metodológicos que la etnografía requiere para el estudio antropológico de los lugares, es decir, incorporando los condicionantes sistémicos, territoriales, institucionales y las diferentes redes en las que se insertan.

El autor parte de la definición del lugar como el espacio donde específicas prácticas humanas construyen el lazo social, se (re)elabora la memoria a través de la imaginación, demarcándolo por el afecto y la significación. Propone etnografiar los lugares a partir de observar sistemáticamente los elementos que lo componen: fronteras físicas y/o simbólicas; lenguaje multimedia peculiar; fragmentación interior que es ocupada por la diferencia-que-complementa; actores estructurantes y estructurados con poder, jerarquías y capacidad variables; que propicia-produce unas formas rutinarias y ritualizadas de experiencia que (re)construyen la identidad mediante la copresencia; y, finalmente, pertenece a territorios y/o a redes. Hay que subrayar también que la forma y funcionamiento de los lugares es una construcción en el tiempo: requieren durar para ser.

También se destaca que la constitución de los lugares nunca es exclusivamente física y utilitaria, sino también expresiva en el sentido significativo, simbólico y estético, es decir imaginario, además de pragmático o funcional. Con-forma a los lugareños, aunque no elimina el surgimiento de contradicciones y conflictos.